Añoranzas y pesares

Me leí a edad muy temprana «El Señor de los Anillos», y eso arruinó para mí el auge de la fantasía épica que se vivió desde mediados de los 80 hasta principios de los 90. Simple y llanamente, no había nada a la altura. Las sagas que inundaban las estanterías de las librerías iban de lo entretenidillo («Leyendas de la Dragonlance», «Las crónicas de Belgarath») a lo deleznable («La espada de Joram»), con mucha paja entre medias. En éstas, en 1990, adquiero un libro que salvó para mí la fantasía y fue el que me demostró que había vida después de Tolkien. Se trató de «El trono de huesos de dragón», el libro 1 de Añoranzas y Pesares (tal y como proclamaba la portada, sobre una magnífica ilustración de Michael Whelam).

No sé si era por cumpleaños o por navidad, pero podía comprarme dos libros en tapa dura. La elección era importante, así que me tomé mi tiempo. Lo que finalmente me decidió no fue la ilustración (que ayudó), ni las 600 y pico páginas (una vez puestos…) sino el párrafo de presentación de la solapa, una reproducción del texto que, dentro de la novela, describía la primera vez que el protagonista posaba sus ojos sobre el susodicho trono. Hubo algo en esas líneas que me atrapó, y pocas veces he llevado a cabo una elección tan acertada.

«Añoranzas y Pesares» (una traducción desafortunada) presenta muchas de las características de la típica saga timunmasera (varios tomos, un protagonista joven que debe madurar a lo largo de la historia, algo de magia, una gran contienda…), pero encajaba tan bien entre sus compañeras de estante como un producto de artesanía en medio de una remesa de souvenirs producidos en cadena. Tad Williams no es un escritor de franquicias, es un novelista, dedicado a la fantasía (con alguna incursión en la ciencia ficción), que cuida sus libros, dedicándoles el tiempo que sea necesario.

En esta serie en particular, median cinco años entre la publicación del primer tomo (1988) y el tercero y último (1993), lapso durante el cual no publicó salvo otro libro (en colaboración). En particular, se tomó tres años para completar a su satisfacción la culminación de la serie, y eso pese a las presiones editoriales (al final, claro, le salió un tomo tan voluminoso que tuvieron que dividirlo en dos para su edición en bolsillo… separación artificial que se mantuvo para las ediciones españolas). Por comparación, en un período equivalente Margaret Weis y Tracy Hickman publicaron catorce novelas, completando cuatro series (Crónicas y Leyendas de la Dragonlance, «La espada de Joram» y «La rosa del profeta»).

¿Por qué este empeño en recalcar las diferencias? Porque «Añoranzas y Pesares» tuvo la mala suerte de ser editada por Timun Mas entre otras doscientas sagas con las que apenas guardaba un parecido superficial. El resultado fue que el lector habitual de Weis, Hickman, Knaak, Salvatore, Eddings, Lawhead, Cooper y similares encuentra indefectible lento y farragoso a Williams, pues comete el pecado tremendo de sustentar la narración durante largos fragmentos en descripciones e introspecciones, haciendo gala de un vocabulario amplio y tomándose su tiempo para construir personajes y situaciones. Por otro lado, muchos aficionados a la fantasía preferirían cortarse una mano a que los pillaran cerca de la estantería de Timun, por lo que se trata de una serie relativamente desconocida (muy diferente hubiera sido la historia si, por ejemplo, Timun Mas y Acervo hubieran intercambiado sagas, utilizando como moneda de cambio las chorradas de Shannara de Terry Brooks, a lo mejor así incluso hubiera concluido la edición original de «Otherland», que sí funcionó para el Círculo de Lectores).

No es que «Añoranzas y pesares» sea un dechado de originalidad. En realidad, es un producto que muestra bien a las claras sus influencias. Tolkien y «El señor de los anillos» es sin duda un poderoso antecedente, pero Tad Williams no se queda en la mera imitación, sino que reinterpreta el mito y lo funde con otros, en particular con las leyendas artúricas. Además, pese a tratarse de un mundo secundario por completo independiente del nuestro, los paralelismos históricos son profundos. Desde el préstamo de culturas (como la vikinga para los rimmerios, la bizantina para los nabanos o la magiar para los thrithingos), hasta la religión imperante, una mezcla entre el cristianismo y los mitos nórdicos, con un salvador, Jesuris Aedón, clavado boca abajo en un árbol por el antiguo imperió de Nabá (equivalente al romano). Por no faltar, no faltan ni siquiera los seres feéricos, los shita, aunque lejos de suponer una mera copia de los elfos tolkienianos Tad Williams los dota de su propia (e inhumana) personalidad (con ciertos detalles estéticos tomados de la cultura japonesa).

La historia se centra en Simón, un pinche de cocina en Hayholt, aprendiz del doctor Morgenes (un Merlín que es más sabio que mago) y abocado a una vida anodina entre las paredes de un castillo que languidece desde la muerte del viejo rey, Juan el Presbítero, bajo el gobierno de su hijo mayor, Elías. Por supuesto, la sombra de la guerra se cierne pronto (aunque los críticos se quejan de más de cien páginas de preámbulos) sobre el reino, pues Elías cae bajo la influencia de un tétrico sacerdote nabano que lo pone en contacto con un antiguo poder, que desde su exilio del norte busca venganza sobre el mundo de los hombres.

Exiliado de su hogar, huérfano de mentor, Simón inicia una huída que pronto se transforma en algo más, pues Morgenes deposita sobre sus inexpertos hombros la tarea de reunirse con los separados miembros de la Liga del Pergamino, una comunidad de sabios que, desde tiempos ancestrales vela por combatir el retorno de la sombra. En medio de todo ello, el enigma de las espadas (a las que hace referencia el título original de la serie, «Memory, Sorrow and Thorn»), que encierra la clave del desenlace de la contienda.

A partir de aquí, Tad Williams dibuja un mundo medieval, abocado a una guerra civil que es apenas el preámbulo del despertar de poderes antiguos y terribles, un mundo en el que la magia (el mundo mágico) se resiste a claudicar ante los hombres sin un último grito de rebeldia que podría sumir a todo Osten Ard (las Tierras del Este) en la oscuridad.

Si bien es cierto que Simón acaba siendo algo más de lo que aparenta, su evolución no tiene nada de mágica. No está predestinado a nada, y asume sus obligaciones libremente. Sus compañeros (en especial Binabik, un qanuc que monta una loba), no están siempre al quite para sacarle las castañas del fuego. Crecer implica renunciar a la adolescencia y abrir los ojos a las responsabilidades de adulto (algo que se echa terriblemente en falta en muchas sagas de estas características, la de Harry Potter, sin ir más lejos). No hay gloria en la batalla, sino tan sólo supervivencia.

Pero no todo es Simón. Los personajes relevantes se cuentan por docenas, con varios asumiendo el protagonismo a lo largo de las bifurcaciones de la trama. El mundo creado por Tad Williams es rico y profundo, con un deje melancólico por un pasado mítico que debe quedar irremediablemente atrás… o arrasarlo todo en un devastador incendio postrero.

La trama posee suficientes giros y ramales como para contentar a cualquiera, sin embargo, lo que realmente hace destacar la serie sobre la mayor parte de la producción de fantasía épica es la calidad literaria. No es que se trate de una obra maestra (dejemos eso a Tolkien), pero sí que se sitúa muy por encima del estilo seco que suele ser la norma. Hay pasajes descritos con una profunda carga emotiva que por sí solos justifican la lectura. En el primer tomo, por ejemplo, siempre me ha impresionado el tránsito de Simón por los cimientos sitha de Hayholt, una huida a mitad camino entre el mundo real y el onírico, que supone además un auténtico rito de pasaje, un punto de inflexión en su vida y en el devenir de la novela.

Aprovecho para recordar mi efímera faceta infográfica, con este dibujo, recreado pixel a pixel con el Deluxe Paint II en 1993.

«El trono de huesos de dragón» («The dragonbone chair») se escribió en 1988 y se publicó en España por primera vez en 1990 (con una edición preciosa). Le siguió «La roca del adiós» en 1991 («Stone of Farewell», 1990) y las dos novelas escindidas del original de 1993 «To the Green Angel Tower»: «A través del nido de Ghants», 1993, y «La Torre del Ángel Verde», 1994. Desde entonces se han producido varias reediciones, aunque con una calidad bastante discutible (desde la edición en bolsillo, que dividió cada tomo en dos, hasta la última en Planeta de Agostini).  También cabe mencionar los problemas de traducción, con discrepancias entre el primer volumen y los restantes motivadas por un cambio de responsable (cuando leí por última vez la saga no me fijaba en estas cosas, pero las críticas suelen incidir en la baja calidad de la primera traducción).4

En 2014 Tad Williams anunció que retornaba al escenario de Añoranzas y Pesares a través de una nueva trilogía, que llevaría por título genérico The Last King of Osten Ard, y en 2017 publicó tanto el primer volumen, «The witchwood crown», como una pequeña novela puente entre ambas trilogías: «The heart of what was lost«.

Otras opiniones:

Otras obras del mismo autor reseñadas en Rescepto:

~ por Sergio en junio 19, 2010.

45 respuestas to “Añoranzas y pesares”

  1. A pesar de ser una obra de genéro fantástico, es una obra madura, apta para cualquier público y edad que quiera disfrutar de sus encantos. Es larga eso sí, pero una vez que te engancha no te suelta. Completamente de acuerdo con todo lo dicho.

  2. Yo la leí con apenas 15 años y me atrapó sin remedio. Al principio, debo reconocerlo, su ritmo pausado me ponía nervioso, pero en cuanto me relajé, la historia me absorbió. La evolución de los personajes es para quitarse el sombrero y lo minucioso de algunas descripciones -sin ser farragosas- empuja al lector a creerse ese mundo. Tal vez, por encontrarle un pero, el desenlace me pareció algo precipitado… aunque hace 14 años que leí la saga y tal vez no recuerde bien.

    Lo que sí recuerdo es el excelente sabor de boca que me dejó.

    Por cierto, Sergio, si quieres volver a probar fantasía adulta y de calidad, no lo dudes, La saga de Geralt de Rivia.

  3. Lo cierto es que me he leído los tres primeros libros de Geralt y, una vez dejado atrás el tono iconoclasta de «El último deseo», no me termina de enganchar. Tengo por aquí para catar a Brandon Sanderson, del que tengo buenas referencias (en fantasía, que su aportación al UPC fue bastante floja) y de lo reciente, en un tono ligeramente distinto (tirando un poco más hacia la espada y brujería clásica), me decanto por David Gemmell.

  4. Que recuerdos…

    Leí por 1999, al final de la secundaria, «añoranzas y pesares». Tengo un muy buen recuerdo. Hace algunos años compre Otherland, pero no le he dado una oportunidad todavía, ¿me estoy perdiendo mucho?

    • «Otherland» es… algo distinto. Cuando se publicó su concepto de la realidad virtual era realmente visionario, algo así como una evolución de los actuales MMORPG, o como Second Life, salvo que como una experiencia inmersiva total. Por hacer un simil, comparado con el movimiento cyberpunk suponía una aproximación a la realidad virtual a nivel de usuario, más que de programador.

      Desde una perspectiva literaria, su trama es mucho más lineal que «Añoranzas y pesares». Un grupo de personajes (avatares en realidad) realizan un viaje a través de múltiples universos virtuales en una macrorred ilegal. El fuerte de la serie reside en la imaginación con que se nos presentan estos universos, que van desde homenajes a clásicos del fantástico como «Alicia en el País de las Maravillas» o el Marte épico de las aventuras de John Carter, hasta escenarios un tanto surrealistas, como una cocina titánica o un salvaje oeste de papel y tizas.

      Su gran problema es la longitud, un tanto excesiva. Hay que entrar en el juego que propone el autor, que consiste en disfrutar de cada escenario y de los retos que plantea, sin mirar mucho más lejos que el siguiente punto de cruce, recopilando las escenas intermedias en las que otra serie de personajes, en el mundo real, investigan la epidemia que está afectando a personas conectadas por todo el mundo.

      La calidad literaria de Tad Williams ayuda lo suyo, desde luego, pero yo no me atrevería a afirmar que sea apto para todos los paladares (no, desde luego, si se busca una recompensa concreta e inmediata).

  5. Bueno, aunque la saga de Geralt es muy buena por sí misma, creo que es una historia, sobre todo, de personajes. Si éstos no te convencen, difícilmente lo hará la saga. De todos modos, lo que a mi me gusta de Geralt es el alejamiento radical de los clichés épico-fantásticos. Un mundo en el que existe el sexo, la basura y la mezquindad. Un mundo en el que no hay un joven humilde predestinado a cambiar el destino.
    Lo cierto es que a muchos aficionados a la fantasía les causa rechazo precisamente por ser algo que rompe con el «modelo» fantástico tradicional.

  6. En ese sentido, no puedo sino recomendar la obra de José Miguel Vilar con sus dos novelas (no relacionadas más que por conexiones temáticas y estéticas) «Los navegantes» (AJEC) y «Alarido de Dios» (Sirius). Por supuesto, se trata de una fantasía que casi se podría tildar de antiépica (y muy polarizante, o encanta o se detesta).

  7. Totalmente de acuerdo con tu maravillosa reseña. Una de mis obras de fantasía favoritas. También a mí me impresiono el pasaje de las profundidades de Hayholt. Además, muy pocos escritores logran la sensación de verosimilitud que Williams transmite en las escenas de acción. Tiene muchos personajes inolvidables, desde el villano Pryrates hasta los Shita y el patético sacerdote renegado que comparte destino con la protagonista ( de la que yo me enamoré perdidamente, jajaja, mi preciosa y añorada Miriamele). y sobretodo, Simon, real y entrañable, viejo compañero de fatigas, la mejor evolución de chiquillo a adulto que he disfrutado en una obra de género. Un clásico.Gracias por tu página, de la que soy rendido admirador. Un saludo de Victorderqui

  8. Gracias. Se nota que los fans de «Añoranzas y pesares» somos una pequeña legión. Ahora, a hacer fuerza para que alguien se decida a editar la saga de Shadowmarch (tampoco estaría mal que se tradujera «The war of the flowers», pero como ésa ya la he leído…).

  9. Muchas gracias por la respuesta. Supongo que dentro de poco le daré una oportunidad a Otherland, ya que por lo que cuentas me puede gustar.

  10. este verano me voy a poner con Cancion de hielo y fuego de George RR Martin… es tan buena como dicen? la verdad es que prefiero la fantasia de corte mas realista, violento y duro que lo que los anglosajones llaman high fantasy mas tolkieniana y sobre todo las espada y brujeria tipo Howard O Moorcock, tambien tengo que hacerme con el ciclo Drenai de David Gemmell que no tiene nda de reciente pues creo que David Gemmell fallecio relativamente joven y es de mediados de los ochenta…
    otra cosa por lo que he leido en algunos foros estas sagas me interesan, habeis ledio alguna…
    Los jardines de la luna de Steven Ericksson
    La primera ley de Joe Abercrombie
    El principe de nada de Scott R Bakker
    y algunas otras que tengo apuntadas por ahi como una titulada Las monarquias de Dios o la de Geralt de Rivia…
    en España la fanasia de este corte parce que esta a la orden del dia, aparte de las de Vilar Bou esta la de El dios de los mutilados de Claudio Cerdan, Las guerras por el norte de Guillem Lopez o Raazbal, creo que se titula asi, de Oscar Bribian…

  11. Dese luego, «Canción de hielo y fuego» es del tipo realista, muy orientada a personajes (muchos, con múltiples líneas). Personalmente, me gusta pero no me apasiona (sufre de paginitis). Prefiero obras más dinámicas.

    Por otro lado, no puede haber dos escritores más diferentes que Howard y Moorcock. En serio, el Howard original (mejor evitar las aportaciones de Lin Carter y Sprangue de Camp, salvo «Conan el bucanero») es de lo mejorcito que se ha escrito en fantasía (Conan proyecta una imagen distorsionada debido a toda la producción no howardiana, empezando por las continuaciones apócrifas y pasando por el cómic y el cine).

    Respecto a Gemmell, es cierto que empezó a escribir el ciclo Drenai a mediados de los 80, pero su producción se extiende por los 90 y la década pasada. En particular, tengo excelentes referencias de su trilogía de los Guerreros de Troya, que completó justo antes de morir (de hecho, el último tomo es póstumo). No es estrictamente fantasia épica, pero si en espíritu.

    No puedo aportar nada sobre las otras obras que comentas.

    En cuanto a las españolas, posiblemente durante la Hispacón me haga con algunos títulos (es lo que tiene ahorrarse el viaje y la estancia).

  12. Yo quise leer «Añoranzas y Pesares» en aquellos lejanos días de los 90, pero sólo vi «La Roca del Adiós» en una librería y no más. ¡Como que no podía leer una saga cuyos libros no eran traídos a mi país! Luego, no los vi más. Quedan entonces como pendientes…

  13. Robert E Howard y Michael Moorcok son nombrados juntos cuandos se habla de espada y brujeria tradicional, pero esta claro que tienen poco en comun tematica y estilisticamente hablando.
    pienso lo mismo de Cancion de hielo y fuego, demasidas paginas, pero hay tal entusiasmo hacia esa serie que tengo curiosidad.
    Las otras series que menciono, especialmente la de Ericksson, las ponen bastante bien en sedice

  14. Me identifico bastante con la situación del artículo y de algunos de los comentarios :) con esas visitas a la librería buscando qué comprar. Recelaba bastante de Dragonlance y Reinos Olvidados, más que nada por que había decenas y decenas de libros y no tenía ni idea de por dónde empezar, así que un día cogí el primero de Añoranzas y Pesares, a la aventura. Y me pasé bastante tiempo con la saga, leyendo un libro y esperando a que llegara el siguiente a la librería de mi pueblo para poder comprarlo y seguir leyendo. En su momento me encantó y las primeras veces que me metí en internet recuerdo que estuve buscando imágenes de esta saga. Incluso hice un dibujo en mi carpeta mezclando varias de ellas (una era la que tú hiciste en formato digital, ejje)

  15. Uf, la espera. Qué tortura hasta que sacaron el tercer libro con más de un año de retraso, sin internet que pudiera arrojar luz sobre cuál podía ser el problema… ¡y sólo para descubrir que hacía falta un cuarto!

  16. Sergio, intenté leerme el primer tochaco hace tiempo y me pareció de una sensiblería y cursilería exagerada. Y mira que soy, sin perdón, mariquita para los libros de fantasía, que lloro como una nenaza con la Hambly o los conflictos galdosianos de Zimmer Bradley. Pero con esto no pude.

    Le daré una segunda oportunidad.

  17. Uf, pues mira que la Zimmer puede llegar a ser cansina. Sobre todo cuando se pone en plan todo el mundo (las mujeres) es bueno, como en «Las nieblas de Avalon» (la saga de Darkover tiene entregas que no están mal).

  18. «Añoranzas y pesares» para la mejor saga que he leido, aun intento encontrar algo que produsca una sensacion similar a la vivida, si bien en las primeras 40 paginas del libro casi lo tiro, le di la oportunidad y termine amandolo y obsesionado con el, como en mi país no lo comercializaron mas tuve que descargar e imprimir el resto de la saga, ya que el primer libro lo tenia un amigo que lo adquirio cuando era joven. Ahora leo «El nombre del Viento», no se compara con mucho con Añoranzas y pesares pero si es un buen contrincante, aunque le faltan esas vifurcaciones citadas, que te trasladan a diferentes partesn en muchos pasajes del libro, magico, saludos y espero ver algunas recomendaciones de libros similares, beun blog

  19. Gracias.

    «El nombre del viento» es uno de los títulos que tengo pendientes (un día de estos, que ni siquiera está en la pila todavía).

  20. Lo leí el año pasado, y me gustó tanto que lo volví a leer, y hace tres dias leí el último, de verdad es una buena saga, yo diria que es mejor que Harry Potter y Crepúsculo juntos

  21. Me podrian recomendar otros libros??

    • Claro, no hay problema. Para eso está el blog.

      Aunque antes… ¿Qué estarías buscando exactamente? ¿Qué tipo de historia? ¿Algún género predilecto?

  22. Te felicito por el blog, es muy bueno, explicas los libros de manera impecable, segui asi que vas genial!

  23. Gracias, Pablo.

  24. Vaya, este blog que acabo de encontrar está increible; mis felicitaciones al autor. ¡Y qué manera de reseñar hombre! Creo que está es la mejor crítica que me ha tocado leer de «Añoranzas y Pesares», por encima de otras de críticos «profecionales.»

    Coincido con casi todo lo referido en la reseña; para mí, de lo más memorable de la obra es cuando Simón, Binabik y Miramele llegan a las ruinas de la ciudad shita que se encuentra en medio del bosque de Aldeorte (no sé si lo escribí bien), creo que allí es donde la prosa de William alcanza su mayor nivel épico y emotivo, y tambien el descenlace de la historia de Maegwin, realmente conmovedor.

    Sin embargo, al final la saga terminó decepcionándome un poco, la batalla final en el castillo de Hayholt me pareció muy pobre, poco ambiciosa; y aunque hay muchas situaciones de tensión hacia el término de la novela, en general ese clímax final me supo a nada; y con exepción de Simón y Miramele, me pareció que casi todos lo personajes terminaban como habían empezado, es decir, noté poca evolución en ellos, algunos desaparecen o mueren muy abruptamente, sin haber aportado mucho a la historia, me parece.

    Es como si repentinamente, después de todo lo que venía construyendo, Wiliams hubiese tenido mucha prisa por terminar la historia, y eso se refleja en el hecho de que quedaron varios cabos sueltos, situaciones que nunca terminaron por aclararse, como por ejemplo: ¿qué era ese suceso tan terrible y oscuro en el pasado de Camaris? Jamás se nos explica.
    Otras tantas cosas quedaron inconclusas y dieron a entender que la historia continuaría; hace un tiempo escuché el rumor de que Wiliams pretendía volver al mundo de Osten Ard en una nueva saga, la cual tendría como personajes protagónicos a los dos hijos de Josua; pero eso hará unos diez años que lo escuché. ¿Sabes algo al respecto?

    • Gracias.

      El clímax es… peculiar. Creo que Tad Williams no acabó de desarrollar bien sus ideas (o, quizás, aplicó con demasiada brusquedad un par de vueltas de tuerca). Respecto a Camaris, creo que sí se explica su tragedia. En realidad, es un trasunto de Lanzarote del Lago, con toda la carga dramática y el peso de los pecados que ello conlleva.

      Por todo cuanto sé, el autor tan sólo ha vuelto a Osten Ard en un relato largo, «The burning man», para una antología americana (ambientado, además, en un período muy anterior a «Añoranzas y pesares»). Pero bueno, Tad Williams no es un escritor prolífico y ha concluido hace no mucho la tetralogía de «Shadowmarch», así que hasta ahora no era libre para abordar nuevos proyectos.

      • Hola, pues yo compré hace un tiempo la edición de planeta, ya que me gusta la fantasía y salía muy barato, pero cuando lo abrí me faltó poco para marearme, pues la letra era (es) minúscula, lo cual me dió una pereza increible para empezar a leerlo.
        Esto junto a que no me había dado cuenta de que eran varios libros y que tenía toda la saga de la dragonlance pendiente de leer hizo que desistiera, aunque hace poco lo volví a tener en las manos y me dieron ganas de por lo menos averiguar si valía la pena el esfuerzo y por lo que he leido va a ser que si, conque voy a ver que tal ( aunque no tenga los libros que le siguen)
        Gracias por la reseña y enhorabuena por la página

  25. Me la acabo de terminar. Me ha gustado mucho exepto por el final, que es demasiado «felizonia», demasiado complaciente y típico. Como el truco que el autor se saca de la manga para que Josua no esté muerto: se cubre el espadazo de su hermano con su brazo bueno de tal modo que el brazalete de hierro que lleva desvía el golpe. ¡Venga hombre! ¿Y de donde sale el supuesto charco de sangre que Miriamele ve debajo del «cadaver» de su tio? No cuela, Tad.

    He aquí mi final:
    – Josua MUERE bien muerto.
    – Simon renuncia al trono y a Miriamele y abre una posada en algun sitio tranquilo para pasar el resto de sus dias entre marmitas, que es donde le corresponde y donde se siente seguro y feliz. Tambien se lleva a Raquel «El Dragon» y juntos la regentan con gran exito. Con el tiempo, Simon se enamora de una de sus camareras, se casan y tienen hijos.
    – Miriamele se hace con el trono, pero algo ha muerto dentro de ella tras tantos pesares y reina con justicia pero con frialdad y dureza.

    Así me habría gustado más :D

  26. Para mi es una novela, muy humana, con un personaje protagonista con muchas inquietudes, no el tipico superheroe que todo lo puede. Añoranzas te hace seguir a sus personajes de principio a fin, sufres con ellos, ries con ellos, disfrutas de cada momento. Es impresionante la obra de Tad, ahora estoy con la tercera vez que me leo la saga. Magnifica de principio a fin, una historia epica.
    Hay novelas que ahora que gozan de gran renombre basadas en esta novela, y que se llevan menos criticas.
    Recomiendo leerse Añoranzas y Pesares a todos aquellos que quieran pasar una aventura inolvidable.
    Toda ella es brutal, de principio a fin.

  27. No sabes de lo que hablas miki, impresionante el final. Tu quieres algo en plan juego de tronos, y olvidas o desconoces que martin baso parte de su obra en la de tad. Añoranzas y Pesares…

  28. Es la única obra que pudo atraparme desde principio a fin. Te hace sentir toda la aventura e imaginar todo su mundo sin ninguna dificultad. Excelente es mi critica y rica es la carga léxica que la compone. yo comencé a leerla hace un año y por mas que situaciones u problemas reales intervengan en la lectura, el escape al mundo fantástico que me otorgaba este libro es insuperable para los demás. ojalá nunca lleguen a hacer un largometraje con este libro porque lo arruinarían. Espero que sigan haciéndolo con obras no tan dignas de un buen aclamar…

  29. yo estoy leyendo la versión de planeta deagostini… que es lo que tiene de malo? :) las traducciones?

    • La traducción es la misma en todas las ediciones. Se trata más bien de la calidad de edición, que en la original de los años noventa era muy buena. Las de Planeta-de Agostini, al ser producción en masa para kioscos, son bastante peores (aunque la más penosa es la edición en tapa blanda del año 2000, que subdividía todos los libros arbitrariamente en dos). Pero bueno, en lo que importa de verdad, que es el contenido, no hay diferencia.

  30. Me ha encantado tu reseña y estoy de acuerdo con tus afirmaciones. Acabo de escribir una, te dejo el link por si te interesa leerla: http://cazadordedracos.blogspot.com/2013/07/un-homenaje-los-clasicos-el-trono-de_21.html

  31. Se agradece, Sergio.

  32. Si tanto te gusta esta serie… y si crees que nada raya a la altura de Tolkien… permíteme disentir. Deberías leer la trilogía de Lyonesse, de Jack vance. Sin duda, supera a cualquier cosa que haya leído. Aunque, claro estñá, para gustos… Para mí es la más completa en muchas cosas, y no sobra ni un párrafo; siempre te mantiene en vilo.

  33. disculpad las faltas, le di demasiado rápido al intro

    • Me refería a mi experiencia lectora hacia finales de los años 80. Lyonesse, por ejemplo, aunque se editó por primera vez en 1989, no tuve ocasión de descubrirla hasta quince años después, cuando la reeditó Gigamesh. De todas formas, la lectura de «El jardín de Suldrun» no me impulsó irrefrenablemente a continuar con la serie (es una de esas cuentas pendientes que vas dejando y dejando…).

      He de matizar, eso sí, que Vance es un autor con cuyo estilo no acabo de conectar.

  34. Pues ojito que Tad Williams ha dicho que se va a poner a escribir otros tres libros, la continuación de Añoranzas y Pesares…
    Gran saga.

    • Lo anunció hace algo más de un año, así que el primer volumen de «The last king of Osten Ard» podría estar al caer (o tardar un año, que su período típico entre libros es de entre dos y tres años).

  35. No me gustó. Es lentorra, sobre todo el primer libro, que se podía haber contado lo mismo en un tercio de páginas.
    Hay elementos y personajes que son meros pegotes y no aportan absolutamente nada, por ejemplo la esposa del príncipe Josua.
    Tiene buenos elementos, como por ejemplo las motivaciones hasta cierto punto legitimas del villano, que no es un «Señor Oscuro» estereotipado, y también lo de las tres espadas.
    Las motivaciones del rey Elias son nebulosas e incoherentes. Parece que se deja llevar al Lado Oscuro por exigencias del guion. El alquimista Pyrates es un malo estereotipado.
    El giro final con el protagonista es forzado y artificioso.
    La Liga del Pergamino es poco menos que una tertulia de amigotes eruditos, cuando debería ser algo así como SHIELD en versión mágico medieval. Al fin y al cabo los fundó un rey.
    Otro buen elemento es la psicología de la princesa Maewin, por ejemplo, y sus descenso hacia la locura.
    La forma en la que derrotan al villano al final es demasiado forzada.
    Me alegré de acabarla. Hay lecturas mucho mejores.

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