El enviado

¡Vaya con la percepción! Me dispongo a reseñar una antología publicada en marzo del 2007, hace tan sólo dos años y medio, y ya parece que fue en la prehistoria. Es lo que tiene el ciclo comercial cada vez más breve de los libros, no digamos ya si son de género fantástico y para mayor escarnio de autor español (lo cual implica editorial pequeña, distribución testimonial y una buena dosis de prejuicios).

Todo ello afecta y mucho, pero sobre todo en casos como el presente, en que nos encontramos con un perfecto desconocido, J.E. Álamo, que irrumpe en escena casi, casi de la mano de su primera antología. «El enviado» es un tomo que, dada la oportunidad, puede fermentar y atraer a los aficionados a una experiencia realmente notable. Por desgracia, como viene siendo habitual, desapareció muy pronto de las tiendas. Yo mismo no me lo compré en su momento (aunque lo hojeé en la FNAC antes de que desapareciera el único tomo que llegó a las estanterías). Por fortuna, existen iniciativas dentro del mundillo que sirven para llamar la atención sobre algunas de estas joyitas que se escurren entre las grietas de nuestra percepción colectiva (no son perfectas, pero cumplen su función). Así pues, si ya el año pasado «El enviado» cosechó una nominación como mejor antología en los premios Ignotus, hace poco tuvimos ocasión de catar un fragmento en el volumen recopilatorio «Fabricantes de sueños 2008«. El siguiente paso lógico tras leer «El comienzo de la partida» es buscar y adquirir la obra completa (por sólo 7,5 €) y además, si se dispone de una tribuna como Rescepto Indablog, predicar sus excelencias para conseguir más conversos, porque es una pena que alguien pueda perderse la experiencia de leer «El enviado» por mero desconocimiento.

Enviado_alamo

«El enviado» está compuesto por nueve relatos entrelazados, con distinto tono y longitud pero un protagonista más o menos constante (aunque en algunos casos deja el primer plano y se retira entre bambalinas), un ser misterioso, que se nos presenta bajo aspecto humano, embarcado en una misión cuya naturaleza se explica en parte durante la lectura del libro. Nos ofrece pues la posibilidad de apreciar los cuentos de forma individual o en su conjunto, pero no como una simple secuencia cronológica. J.E. Álamo juega a contarnos la historia sin respetar el orden temporal normal, alterando la percepción del princpio de causa y efecto y proporcionándonos información que matiza y enriquece los relatos posteriores/anteriores. Nuestro conocimiento privilegiado se cierne sobre las historias, equiparándonos con el propio Enviado en cuanto a cierto grado sobrenatural de omnisciencia y atemporalidad.

El núcleo central del libro es, cómo no, el quinto relato: «Luis: El comienzo de la partida» (el seleccionado para el «Fabricantes de Sueños 2008»). Su influencia radia hacia el inicio del volumen, iluminando con una nueva luz las historias que ya conocemos, y hacia el final, constituyendo los cuatro últimos relatos un examen de las consecuencias de aquello de que somos testigos y de la propia misión del Enviado. Además, se trata de un cuento extraordinario, capaz de aunar la cotidianeidad (de un bar mugriento y una partida de póker entre personajes de dudosa catadura moral) y lo sobrenatural (con la actuación del Enviado), que inserto en su contexto, como núcleo de la antología, alcanza todo su potencial.

El resto de relatos se mueven entre estas dos facetas, aproximándose más a una u otra dependiendo del momento. Lo fundamental es que todos los conflictos son cercanos, sin huir de temas sórdidos como la pederastia, el abuso de poder o la sumisión a la injusticia. Como puede apreciarse, los temas también se entrelazan y complementan unos a otros, por lo que a fin de cuentas nos encontramos con un tapiz en el que habría que hilvanar también las nociones de autoengaño, castigo y, como elemento redentor (muy poco recurrente), amor.

La resolución final del misterio del Enviado se antoja, eso sí, poco trabajada, demasiado facilona en comparación con planteamiento y desarrollo, explicada igualmente en los relatos más flojos (y con menor entidad propia). La atmósfera de ambigüedad se pierde en un exceso de optimismo que desentona quizás un poco. Sin embargo, se trata de una consideración menor, porque la fuerza del volumen la encontramos en el conjunto (aunque destacaría también como una narración magistral la que da inicio a la antología, «Roger: El poder», que despista bastante sobre lo que vamos a leer a continuación pese a que los temas y conexiones están ahí, para que vayamos atando cabos a posteriori).

La edición es mejorable (y la editorial ha mejorado desde entonces), con una portada muy poco atractiva y un mal uso de los guiones de diálogo (por culpa en parte de la fuente elegida). Pero se trata de una distracción menor, que no debería suponer un obstáculo insalvable para disfrutar de la lectura.

Constituye, en definitiva, una carta de presentación que nos anuncia que J.E. Álamo ha llegado al panorama de la literatura fantástica para quedarse. Innovar siempre es difícil y arriesgado. Conseguirlo con una antología temática, siendo a la vez la primera publicación, tiene muchísimo más mérito. Veremos qué nos depara el autor en el futuro. Lo que sí es seguro es que no será nada convencional.

Otras opiniones:

Otras obras del mismo autor reseñadas en Rescepto:

 

~ por Sergio en noviembre 12, 2009.

5 respuestas to “El enviado”

  1. Gracias tío, por momentos dudaba que estuvieras hablando de mi libro. Me has dejado henchido de orgullo. ;-)

  2. Nada, nada, ahora te deshinchas y prestas atención a los aspectos negativos, que no los quiero ver ahí en el próximo libro.

    Enhorabuena (bastante tardía, pero sincera).

  3. Muy interesante la reseña. El libro lo tengo en la mesilla, que me lo he traído de vuelta de Zaragoza, y en breves le caerá alguna reseña más. Un descubrimiento este autor.

  4. Sin duda una gran ópera prima, con una grandísima personalidad. Totalmente recomendable.

  5. […] “(…)si se dispone de una tribuna como Rescepto Indablog, predicar sus excelencias para conseguir más conversos, porque es una pena que alguien pueda perderse la experiencia de leer “El enviado” por mero desconocimiento. (…) Constituye, en definitiva, una carta de presentación que nos anuncia que J.E. Álamo ha llegado al panorama de la literatura fantástica para quedarse. Innovar siempre es difícil y arriesgado. Conseguirlo con una antología temática, siendo a la vez la primera publicación, tiene muchísimo más mérito. Veremos qué nos depara el autor en el futuro. Lo que sí es seguro es que no será nada convencional”. Sergio Mars – Rescepto […]

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