Un mago de Terramar

En 1967 le pidieron a Ursula K. Le Guin que escribiera un libro para niños ya creciditos, lo que hoy en día se clasificaría como Young Adult (YA para los apresurados). Eran otros tiempos, y el resultado lo demuestra. «Un mago de Terramar» («A wizard of Earthsea») no es una historia de amores juveniles o rebelión adolescente, sino una historia de crecimiento, autoconocimiento y superación, que trasciende todos los condicionantes previos y se erige en uno de los títulos fundamentales de la historia de la fantasía.

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Ya en 1964 la autora había comenzado a explorar algunos de los temas y el escenario, Terramar, donde se desarrollaría su principal serie de fantasía, por medio de dos cuentos, «La palabra que desliga» y «El poder de los nombres» (recopilados en 1975 dentro de la antología «Las doce moradas del viento»). En ellos describe un gran archipiélago, donde la magia convive con el trabajo duro en una ambientación similar a nuestra Edad de Hierro. Pero es una magia peculiar, que se basa en el poder que conocer el auténtico nombre de las cosas otorga al mago y que exige mantener el equilibrio.

«Un mago de Terramar» surgió también de preguntarse de dónde surgían los magos, qué eran antes de convertirse en ancianos con cayado y luenga barba blanca. Así, narra la vida de Ged, conocido como Gavilán por todos menos sus más íntimos, en quien la magia se manifiesta a una edad muy temprana, lo que lo lleva a ser primero discípula de la bruja del pueblo, luego de Ogión, un mago local y, por último en la escuela de magia de Roke.

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Las habilidades de Ged son grandes, como lo es también su orgullo, que lo lleva a intentar un peligroso hechizo nigromántico sin estar preparado. Esta acción libera en Terramar un poder extraño, una sombra innominada, que se cierne sobre la vida del joven mago y le obliga a la postre a huir o a enfrentarse con ella, con el resultado de dicho encuentro ignoto incluso para el más sabio de los magos.

En «Un mago de Terramar» hay magos, así como dragones, invasores de allende el mar, hechicería maligna y prodigios, pero todo ello, aun siendo importante, no resulta central para la narración. La historia se articula en torno a Ged y su sombra. Examina cómo un niño aprende a tratar con un gran poder, cómo, en suma, yerra, aprende y crece como persona. Es decir, como muchas otras novelas fantásticas (y no fantásticas) juveniles es una bildungsroman, una novela de aprendizaje. Lo que la diferencia de la mayoría es que lejos de optar por soltar cuatro generalidades que halagan al lector antes que lo desafían, su tesis central es rica y su filosofía elaborada.

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Respecto a esto último, dos son las principales fuentes (no sólo de esta novela, sino de buena parte de la obra de Le Guin). Por un lado está el taoísmo, con el concepto del equilibrio y del encuentro armónico de opuestos (sobre todo luz y oscuridad, una imagen que también fue fundamental en la siguiente novela de la autora, «La mano izquierda de la oscuridad«). Por otro el concepto psicoanálitico del subconsciente y la sombra, que se enraíza en el trabajo de Sigmund Freud, anque fue desarrollado principalmente por Carl Jung. De hecho, el proceso (el viaje) descrito en el libro presenta grandes similitudes con la doctrina jungiana, aunque la autora ha manifestado en alguna ocasión que la redacción del libro predata sus lecturas a fondo de la obra del psicólogo.

Dejando de lado estas cuestiones, «Un mago de Terramar» constituye también un hito por ser la primera obra que describe un colegio de magia, precediendo en décadas a títulos posteriores como la serie de Harry Potter o «El nombre del viento» (cuya magia de nombres se basa también en el mismo concepto). De igual modo, el equilibrio en la magia se reflejaría en títulos como «Las crónicas de Belgarath» de David Eddings y, en general, la serie de Terramar supondría una importante influencia en buena parte de la fantasía de los años ochenta y noventa (durante los que se vivió cierta juvenilización del género).

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Otro aspecto a destacar sería la diversidad racial de los habitantes de Terramar. Hasta «Un mago de Terramar» los protagonistas de las sagas fantásticas eran siempre blancos, mientras que Ged, como la mayor parte de sus compatriotas posee un tez cobriza, cercana a la de los amerindios, existiendo en el archipiélago diversas tonalidades (siendo los más bárbaros, o cuanto menos los más belicosos, los kargos blancos del norte).

La serie original de Terramar se completó con las novelas «Las tumbas de Atuan» (1971) y «La costa más lejana» (1972). Bastante después, en 1990, Le Guin presentó «Tehanu: el último libro de Terramar»… que no cumplió su promesa, pues en 2001 se publicaron sendos tomos que suponen, por el momento, el broche final a la serie: «El otro viento» (2001) y la antología «Cuentos de Terramar, que incluye cinco narraciones cortas adicionales (estas últimas aportaciones, aun acaparando premios, no poseen el mismo reconocimiento crítico ni popular que la trilogía original).

Otras opiniones:

Otras obras de la misma autora reseñadas en Rescepto:

~ por Sergio en septiembre 6, 2014.

8 respuestas to “Un mago de Terramar”

  1. No sé si es lo mejor de Le Guin, pero sin duda es uno de mis libros de cabecera de esta grandísima autora. Lo he releído varias veces y no dejo de admirarme de sus matices, disfrutando de la preciosa prosa de esta maestra del género.

    • Por limitaciones inherentes a su vocación juvenil, considero que «La mano izquierda de la oscuridad», como obra literaria, es mejor, pero «Un mago de Terramar» le anda justo detrás, y consituye sin duda uno de los títulos de referencia del género.

  2. Creo que de Terramar solo me falta la última novela, he leído las otras cuatro libros y la compilación de relatos, y ciertamente hicieron mella en mí, tanto por la forma en tratar la fantasía como por el tratamiento de los personajes.

    Tengo que leer «La mano izquierda de la oscuridad»…

    Saludos.

    • Yo sólo había leído dos, y hace tanto tiempo que las estoy releyendo ahora para escribir sus reseñas. Me temo que por entonces buscaba otra cosa en la fantasía, pero nunca es tarde para subsanar carencias (eso sí, las tres últimas entregas no me acaban de llamar; las dejaré para algún otro momento).

  3. […] https://rescepto.wordpress.com/2014/09/06/un-mago-de-terramar/ […]

  4. […] mago de Terramar y Las tumbas de Atuan: https://en.wikipedia.org/wiki/A_Wizard_of_Earthsea https://rescepto.wordpress.com/2014/09/06/un-mago-de-terramar/ http://oleadasdetinta.blogspot.com.es/2011/03/resena-historias-de-terramar-i-un-mago.html […]

  5. […] https://rescepto.wordpress.com/2014/09/06/un-mago-de-terramar/ […]

  6. […] 1971, tres años después de publicar “Un mago de Terramar“, Ursula K. Le Guin sacó “Las tumbas de Atuan” (“The tombs of Atuan”), la segunda […]

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