En costas extrañas

El grueso de los contenidos del blog se adscriben a la ciencia ficción. En parte es culpa de proyectos como la Hugolatría (los Hugo han favorecido históricamente a la cifi), pero también es una cuestión de gustos personales. La calidad e interés medios de las obras de fantasía me parece bastante inferior (y en terror mis preferencias son muy clásicas), de ahí que cuando me planteo escribir una nueva entrada (o sacar algún libro de la Pila), casi siempre acabo decantándome por alguna obra de ciencia ficción.

Sin embargo, eso no quiere decir que no haya disfrutado (y disfrute) ocasionalmente con un buen libro de fantasía, así que, mientras me termino de leer un premio Hugo cuya crítica caerá en breve, voy a permitirme realizar una recomendación, dirigida en particular a todos aquellos que tengan la fantasía un tanto atragantada. Porque, se quiera creer o no, hay vida más allá de los imitadores de «El señor de los anillos» y, en un género demasiado encorsetado por referentes indiscutibles, obras originales que se apartan de las directrices habituales sin por ello renunciar a parte de su identidad (con hibridación, bestsellerizaciones o esas alegorías que tanto detestaba el propio Tolkien). De todos los autores que en las últimas décadas nos han ofrecido su trabajo en este campo, mi predilecto es Tim Powers, quien desde finales de los 70 viene desarrollando una obra de altísima calidad, entretenida a rabiar y tan personal como inimitable (so pena que te tachen de plagiarista).

Powers suele moverse por los territorios de la fantasía histórica, aunque su aproximación a la misma es la inversa de los que suele ser habitual. En vez de introducir elementos fantásticos en una novela histórica, inserta sus personajes y tramas, procedentes de la tradición fantástica, en un contexto histórico perfectamente documentado (con multitud de personajes y anécdotas reales, a menudo relacionadas con la literatura anglosajona, y una fidelidad extrema a los hechos conocidos). Resulta difícil de describir. Se podría decir que crea una «historia secreta», donde los acontecimientos verdaderamente significativos giran en torno a la magia, siendo la historia que todos conocemos tan sólo la superficie (lo cual le permite «explicar» muchas decisiones y desenlaces reales aunque inverosímiles).

Su novela más famosa, de 1983, es «Las puertas de Anubis» (descrita en ocasiones, con poca fortuna a mi entender, como un steam-punk con viajes en el tiempo), pero se trata de una obra bastante compleja que no recomendaría para iniciarse en el Powersverso. En vez de ello, propondría un pequeño viaje a 1987, año en que publicó «En costas extrañas», la mejor ficción jamás urdida en torno a piratas caribeños y vudú, y madre reconocida de las aventuras gráficas de Monkey Island, así como putativa de la trilogía Piratas del Caribe (las partes buenas únicamente, que no son demasiadas, aunque la cuarta entrega ya se desenmascara del todo y llevará por subtítulo «En costas extrañas», tras adquirir la Disney los derechos sobre la novela, quizás para esquivar alguna que otra demanda).

La trama sigue las desventuras de John Chandagnac, un joven recién llegado al Caribe para solucionar un litigio con un tío suyo en torno a una cuantiosa herencia que escamoteó a su difunto padre. En el barco conoce a una joven, Beth Hurwood, y a su padre, el profesor Benjamin, atraído a esas costas en pos de un misterio que quizás tenga que ver con su difunta esposa. Sin embargo, antes de que las románticas intenciones de John puedan ir a más, son asaltados por piratas y la única posibilidad de salvar su vida consiste en enrolarse como un filibustero más.

Pronto Chandagnac, que ahora recibe el apelativo de Jack Shandy, descubre que las Antillas es un mundo muy diferente de Inglaterra. Allí la gente común no sólo cree en la magia, sino que la practica en cierta medida, e incluso hay algún que otro gran hechicero vudú, siendo uno de los más poderosos el capitán Edward Thatch, más conocido como Barbanegra.

Shandy se ve entonces atrapado en una maraña de planes que involucran a dos poderosos hechiceros (Barbanegra y Benjamin Hurwood), la Fuente de la Eterna Juventud de Ponce de León, una damisela en muchos apuros y su propia condición de pirata novato (aunque con ciertas dotes naturales). En otras palabras: acción a raudales, una atmósfera de misterio como sólo Powers es capaz de invocar, no pocas dosis de terror sobrenatural, loas tan terribles como el Barón Samedi, zombies (de los clásicos) y un mundo mágico que se hace por momentos más real que el nuestro.

Durante el desarrollo de la historia, como no podía ser de otra forma en una novela de Tim Powers, su protagonista sufre todo tipo de penalidades, ignominias y alguna que otra mutilación, pero también aprende un par de cositas sobre la magia y al final, por supuesto, salva a la chica, se queda con el tesoro y es un hombre hecho y derecho, muy distinto del joven ignorante que se nos presenta en los primeros capítulos.

Lo mejor de todo es que nos lo ofrece en apenas 300 páginas que se pasan a una velocidad vertiginosa. Powers en estado puro.

La novela fue finalista a los premios World Fantasy (perdiendo ante «Volver a empezar» de Ken Grimwood) y el Locus de fantasía, quedando segunda por detras de «El séptimo hijo«, la novela con que Orson Scott Card inició su propia saga de fantasía histórica (si bien ucrónica) de Alvin Maker. «El séptimo hijo» es la mejor novela de la serie (como suele pasar con Card), aunque en mi opinión no le llega a «En costas extrañas» ni la altura de los zapatos (los lectores de Locus sentían una fuerte predilección por Card, que repitió en las dos entregas siguientes con las continuaciones de la saga de Alvin, cada una de ellas menos interesante que la anterior).

Otras opiniones:

Otras obras del mismo autor reseñadas en Rescepto:

~ por Sergio en enero 18, 2010.

7 respuestas to “En costas extrañas”

  1. «Replay» es «Volver a empezar», una novela de fantasía sobre viajes en el tiempo y segundas oportunidades. La ha reeditado recientemente La Factoría. A mi me gusta más «En costas extrañas», porque la de Grimwood es… demasiado «bestsellerera» en el tratamiento de sus personajes y de la acción. Pero merece la pena su lectura.

  2. No sé… El argumento (según lo que he leido por internet) no me llama. Dudo que la vaya a catar (a no ser que caíga en algún megasaldo o salga baratita en bolsillo).

  3. La de «Volver a empezar» está bien (leí hace tiempo que la iban a llevar al cine), pero Tim Powers es mucho mejor que Ken Grimwood, dónde va a parar. La verdad es que me encanta Tim Powers, sus libros son trepidantes. Mis preferidos son «La fuerza de su mirada», «La última partida» y «Las puertas de Anubis», pero tengo una debilidad especial por «Cena en el palacio de la discordia» y «En costas extrañas» (que es de justicia que se lleve al cine en la cuarta parte de «Piratas del Caribe»; ya era hora, clamaba al cielo).

  4. Pues para mí también tiene su encanto «Esencia oscura». Es tosca, balbuceante a veces, pero lo compensa con una frescura que libros más complejos como «La fuerza de su mirada» o «Declara» han perdido.

  5. En costas extrañas… es el libro de Powers que me menos me ha gustado, está por detrás de Esencia Oscura pese a todos sus fallos. (Es que ese argumento es impagable, joer)

  6. La he leido del tirón. Me ha encantado… es un no parar.

    Como no, he ido corriendo y me he leido Las puertas de Anubis. llegado a un punto me ha dado ya un yuyu-colapso por sobredosis de accion y trepidantez. Es como comer leche condensada a cucharadas soperas….dulce y empalagoso. Me leere mas de este autor, pero espaciando las lecturas.

  7. se me olvidaba… a mi entender powers parece que se da prisa por terminar y cerrar las tramas. Como de sopeton.

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