Recalibrados

La ciencia ficción española no se caracteriza precisamente por la homogeneidad. En general, cada autor va a un poco a la suya, tomando la inspiración de corrientes anglosajonas, no siempre contemporáneas. De un tiempo a esta parte, sin embargo, se aprecia cierta reincidencia en la exploración de distopías bajo el prisma del género negro. Así pues, podría mencionar «Noches de suburbio«, de Víctor Blanco (guerra de bandas); «En la ciudad oscura«, de Ángel Torres Quesada (policíaco hard-boiled); o, en fin, mi «Historia de un watson» (detectivesca a lo Chandler).

A todas ellas cabe sumar «Recalibrados», de Antonio Santos, un biopunk hard-boiled que presenta todas las características que cabría pedirle a una obra policíaca que apuesta por un enfoque áspero: protagonista ambiguo (poli violento y corrupto), conspiraciones que llegan hasta las más altas esferas y algo de comentario social y, lo que es extraño en nuestro género patrío (si descontamos un breve período entre finales de los 70 y principios de los 80), político.

Vic V es un detective de El Valle para el que los procedimientos policiales constituyen un código un tanto laxo. Al mando de la Brigada Mjolnir, se ocupa de solucionar a su manera los crímenes que le competen (violencia de bandas, trapicheo de drogas…), sin pensárselo mucho si se tercia dar un paso… o dos, más allá del límite de la ley. Por ello es un poco sorprendente que lo reclamen específicamentedesde el Monte, sede de los Purificados (rama escindida de la humanidad, sometida a un estricto control genético y educacional) en la Tierra (su principal asentamiento es la colonia marciana), para resolver un asesinato de especial crudeza.

Tras imponerle la compañía de un androide (con un 25% de neuronas humanas en su cerebro), Dashiel O, lo embarcan en una investigación con más sombras que luces. Lo peor es que las repercusiones políticas del caso podrían sacudir las ya tensas relaciones entre los Purificados del Monte (Olimpo) y los Recalibrados (modificados genéticamente para soportar las elevadas tasas de contaminación… entre otros retoques menores) de El Valle.

La sutileza no es el fuerte de Vic V. Su idea de una investigación consiste en ir rompiendo dientes hasta dar con alguien que pueda aportar algún dato pertinente. Lo malo es que hay tantos grupos terroristas ideológicamente inclinados a asesinar a un Purificado como pocos son los individuos con la capacidad técnica para burlar las defensas paranoicas del Monte. Por si fuera poco, la lealtad de Dashiel O, pese a regirse por las leyes Asimov (con algo de elasticidad merced sus circuitos neuronales), es cuanto menos dudosa, y las presiones para resolver pronto el caso no dejan de apilarse desde todos los bandos.

En esencia, «Recalibrados» es una suerte de buddy movie (más bien buddy telemovie, pues tiene su origen en un proyecto de guión para un capítulo de «The shield»), que une dos carácteres antitéticos (y arquetípicos, con el rudo Vic V y el escrupuloso Dashiel O). La ambientación biopunk supone un añadido posterior, por lo que su incidencia en la trama es relativa. Se salva, sin embargo, de constituir un mero adorno porque reubica la historia en un universo personal del autor, desarrollado con anterioridad en la novela corta «Factoría Cinco» (mención en el premio UPC 2003) y, de refilón, en «Las graves planicies«.

En este contexto, el conflicto entre Purificados y Recalibrados se enmarca en un desarrollo mayor, del que se aportan indicios a lo largo del libro y, sobre todo, en el glosario final (aunque se echa en falta una cronología). En el momento escogido, el cisma entre los dos grupos humanos es casi total. Por un lado, una rígida sociedad utópica que proporciona el mayor bienestar a costa de cohartar la libertad de acción y pensamiento. Por otro, un planeta al borde del colapso ecológico y social, que preserva el derecho a estar equivocado a costa de graves problemas estructurales, económicos y culturales, que se traducen en una profunda crisis de identidad. La manifestación más evidente de esta condición es la moda del retrocliché, que exalta valores e iconos (especialmente cinematográficos) del pasado, de los años 80, para ser exactos.

Como referente, destacaría dentro del campo de la ciencia ficción las novelas del detective Elijah Baley de Asimov (sobre todo «Los robots del amanecer», con cuyo desarrollo «Recalibrados» guarda no pocos parecidos). En cuanto al cine, resulta difícil no pensar en «Demolition man», con la que comparte entre otros detalles su exaltación de las pelis de acción ochenteras y la burla en torno a una corrección política exacerbada. Todo ello, por supuesto, sin menoscabo del movimiento cyberpunk como fundamento estético.

En este sentido, quizás la propia novela acabe cayendo un poco en la misma trampa que la civilización de El Valle, incurriendo también en el retrocliché, sin acabar de aportar suficientes elementos distintivos para hacerlo avanzar más allá del homenaje (algo fundamental en un género tan explotado como el cyber-bio-punk). Comentaría, por ejemplo, ciertos excesos estilísticos que no acaban de cuajar (como el uso extensivo de los dos puntos, con numerosas ocasiones en que se limitan a inmiscuirse entre sujeto y predicado sin aportar nada desde una perspectiva narrativa (salvo, quizás, forzar un distanciamiento entre ejecutante y acción). Si a eso se le añade un error recurrente de puntuación en el uso del guión de diálogo (la posición del punto y seguido tras los incisos), tenemos una estética formal que aporta sobre todo confusión.

Tanto la ambientación retro (pese a la sustitución de lo cibernético por lo biológico) como los múltiples referentes cinematográficos (con especial atención a la comparación Star Wars vs Star Trek, que juega un importante papel en el posicionamiento ideológico de la novela) son cuestiones que cabe abrazar y aceptar para disfrutar de la novela, que, por cierto, tampoco se destaca en el plano detectivesco (la resolución, en particular, se presenta con excesiva brusquedad). En el más puro estilo hard-boiled, no importa tanto ir recopilando indicios como repartiendo estopa, y ahí cabe destacar lo conseguido de las descripciones y de las escenas de acción, así como el ritmo trepidante que se mantiene de principio a fin.

«Recalibrados» es la historia de Vic V y, como su protagonista, no tiene ganas de ir perdiendo el tiempo con sutilezas. También como él no se anda con medias tintas ni justificaciones. El detective sabe lo que es y conoce sus defectos… entre los cuales no figura la doblez. Ambos van de cara. Se puede coincidir o no con sus posicionamientos, pero nunca se les podrá acusar de falta de honestidad.

Agradezco a Viaje a Bizancio el envío de un ejemplar de «Recalibrados» para su crítica en Rescepto.

Otras obras del mismo autor reseñadas en Rescepto:

~ por Sergio en febrero 3, 2012.

3 respuestas to “Recalibrados”

  1. […] Reseña de Recalibrados, de Antonio Santos, en Rescepto Indablog.  […]

  2. Una vez más, agradecerte la reseña. Saludos.

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