Sucker punch

Hacía mucho tiempo (bastante más de un año) que no reseñaba ninguna película en Rescepto. Me cansé de despotricar contra una decepción tras otra, y para cuando llegaba algo bueno («Origen», por ejemplo), ya había perdido práctica y no consideraba que tuviera nada nuevo que aportar. Rompo ahora la tendencia con la última peli de Zack Snyder, una que va a pasar fugazmente por las salas de cine y que está recibiendo palos de todo tipo. Básicamente por un único motivo: se atreve a defender la fantasía como escapismo.

Voy a dejar el análisis (y los posibles spoilers, aunque no voy a contar nada que pueda estropear el visionado) para el final. Sin embargo, antes quisiera ir estableciendo un paralelismo obvio con cierta película estrenada hace poco más de un año: «Shutter Island». Se trata de un producto serio, avalado por un director serio (Martin Scorsese) y con un protagonista serio (Leonardo DiCaprio, al que buen trabajo le ha costado desligarse de su personaje en «Titanic»). Todo lo que cuenta es pura invención (y no demasiado bien construida), pero es muy, muy serio y muy realista (sinónimos, al parecer). También es un bluff como historia, con más trampas y revelaciones sacadas del sombrero que un episodio de Scooby-Doo, pero todo ello no importa, porque es realista.

Saltemos al presente y examinemos «Sucker punch». Lo más amable que se puede encontrar en una crítica-tipo es que se trata de una fantasía masturbatoria para adolescentes descerebrados. No voy a negar que alcanza (de forma totalmente deliverada) elevados registros en el onanismómetro (masculino/lésbico), pero me repatea la asociación fantasía-descerebrados. Sobre todo porque la obra en cuestión no carece de sublecturas (bastante más profundas que todo cuanto pueda destilarse de «Shutter Island»). Sólo que para apreciarlas hay que ser receptivo al elemento fantástico que, por desgracia, sigue produciendo en la mente de muchos (especialmente en nuestra cultura) un cortocircuito instantáneo y un rechazo instintivo.

El argumento es simple. Una joven de 20 años, al morir su madre, es encerrada en una institución mental por su padrastro (culpable, además, de la muerte de su hermana pequeña, de la que la acusa). Para cubrir sus delitos, el hombre paga al director del centro una importante suma para que la lobotomicen, operación que se verificará en cinco días. La chica, a la que sólo llegamos a conocer como «Baby Doll», se refugia en un mundo imaginario, que transforma el manicomio en prostíbulo de lujo, y planea, con ayuda de cuatro «compañeras» una fuga, cuyos pasos se escenifican a su vez a través de submundos fantásticos, conjurados a partir de la música (e integrados en la fantasía del burdel como números de danza que nunca llegamos a contemplar).

Los segmentos, que funcionan en gran medida de forma independiente (aunque se entrelazan a través de motivos iconográficos y simbólicos entre sí y con la «realidad») nos llevan a un templo sintoista, donde la protagonista acepta su «misión» y combate a sus primeros adversarios (tres gigantes, que van desde un Tengu armado con una nagigata hasta un samurai demoníaco equipado con una gatling); a las trincheras de una Primera Guerra Mundial pasada por el filtro steampunk (con biplanos, zeppelines, alemanes muertos animados por mecanismos de relojería e incluso un mecha); a un castillo medieval, donde hordas de orcos se defienden del asedio de caballeros (sin olvidar el dragón que duerme en el interior de la fortaleza o el avión de la Segunda Guerra Mundial que utilizan las chicas para introducirse en ese mundo); y a un mundo futurista, donde la misión consiste en apoderarse de una bomba, que viaja a bordo de un tren de levitación magnética, escoltada por robots.

Cada una de estas piezas supone un auténtico tour de force visual, que lleva las capacidades tecnológicas del cine hasta su mismo límite (frontera que en los últimos años está siendo empujada a toda velocidad hacia el infinito). No tienen otro propósito que el deleite visual y la acción desenfrenada. Son, en otras palabras, puro escapismo. ¡Tienen que serlo! No son sólo nuestro escapismo, sino también el de la protagonista. Son una huida de la realidad, hacia escenarios donde el mal, magnificado hasta proporciones grotescas (soldados alemanes cosificados, el dragón, un terrorrismo tecnológico con resonancias del 11-S…), puede ser combatido y (casi siempre) vencido.

Estas victorias, sin embargo (y ojo porque a partir de aquí entro en el análisis y puedo revelar detalles importantes de la [sub]trama), no tienen por qué suponer cambios relevantes en el mundo primario. La invencibilidad es una cualidad que nace de nuestros deseos, y los hechos no se ven afectados por nuestros deseos en lo más mínimo.

En cualquier caso, la protagonista no busca vencer. Busca libertad, tanta libertad como esté en su mano conseguir. Y triunfa. Pese a lo que pueda desprenderse de una primera valoración del desenlace.

Para entender esto cabe darse cuenta de un pequeño detalle: al menos el 95% de lo que se nos muestra es ficticio. Incluso la introducción inicial, donde se nos relatan los hechos que conducen a la protagonista al sanatorio son una rememoración, estimulada por la terapia de la doctora Gorski, una experiencia, por tanto, subjetiva (realizo aquí un inciso para defender el uso extensivo de la cámara lenta a lo largo de todo el metraje, no tanto ya por la belleza de las imágenes, sino como plasmación del discurrir subjetivo del tiempo). De ahí pasamos a las chicas (Sweet Pea, Rocket, Amber y Blondie), que sólo conocemos en el escenario del burdel y que, por qué no decirlo ya, no existen fuera de la mente de Baby Doll (o como quiera que se llame en realidad). Mejor dicho, son imágenes mentales, facetas de ella misma (o de su hermana, en el caso de Rocket).

La huida física se le antoja desde el mismo principio una quimera (cabría preguntarse si por las dificultades inherentes a la misma o por la propia futilidad de retornar a un mundo que ya no le puede ofrecer nada). Así pues, en su imaginación se escinde en varias chicas, algo que queda simbólicamente mostrado en una escena, técnicamente impecable, en la que literalmente entramos en la realidad fantástica a través de un espejo de camerino (la fusión entre reflejo y realidad es una constante a lo largo de todo el metraje).

El objetivo último de las distintas escenas es forjar una personalidad (Sweet Pea), en un entorno puramente mental, capaz de sobrevivir incluso a la destrucción (vía punción del lóbulo frontal) de la personalidad original (que simbólicamente se «sacrifica», dejando escapar a Sweet Pea al distraer a un grupo de gangsters situados a las puertas del burdel (que no del manicomio, lo cual no tendría sentido). Secundariamente, la fantasía le permite también afrontar, a través del distanciamiento y la despersonalización, los tres grandes conflictos emocionales que la tienen reducida a un estado de shock postraumático: la muerte de su hermana, la de su madre (las últimas palabras de Rocket a Sweet Pea es que le diga a su madre que la quería) y el abuso de poder de su padrastro.

En la escena final, Sweet Pea viaja hacia una libertad indefinida y onírica, ayudada en última instancia por la misma presencia que ha guiado al grupo, y específicamente a Baby Doll, en todos los escenarios anteriores.

La película en su conjunto, cabría pues interpretarla como la materialización, casi de forma literal, de una idea expresada por Tolkien (homenajeado a conciencia en el fragmento del dragón) en su famoso ensayo «Sobre los cuentos de hadas» (1947), en donde defendía el valor escapista de la fantasía, diferenciando entre la huida del desertor (algo reprobable) y la evasión del prisionero (una obligación). Baby Doll (o, mejor dicho, la personalidad original, que sería una amalgama de las de todas las chicas), se evade de la realidad hacia diversos mundos fantásticos, al tiempo que metafóricamente escenifica una evasión de la prisión donde se encuentra recluida.  Lo que diferencia al prisionero del desertor es que el primero no huye de la realidad, no se desconecta de sus deberes. Es, por tanto, de extraordinaria importancia que la película acabe con el golpe cruel y contundente con que lo hace.

La fantasía no nos ayuda a escapar del mundo, no nos sirve para cambiar los hechos a nuestro antojo. Lo que logra es ofrecer consuelo, nuevas perspectivas, libertad en el único terreno que es nuestro en exclusiva, mientras no dejemos a nadie penetrar en él: nuestra mente.

No voy a explayarme en este concepto poderosísimo. La película no lo hace. Deja apenas plantada la semilla, para que germine si tiene que hacerlo.

Me limitaré a reafirmar lo que comentaba al principio: «Sucker punch» es escapismo puro, en planteamiento filosófico y ejemplo. Supongo que habrá quienes sólo se mostrarían dispuestos a considerar siquiera su premisa a través de un sesudo artículo académico, pero ¿no sería eso acaso una traición al propio concepto?

¡Viva el escapismo!

Otras obras del mismo autor reseñadas en Rescepto:

~ por Sergio en marzo 28, 2011.

19 respuestas to “Sucker punch”

  1. «Si los árboles no te dejan ver el bosque, entonces lee fantasía para elevarte sobre las copas».

    Gracias por el artículo, ha resultado muy inspirador.

  2. Estoy de acuerdo que es escapismo, pero un escapismo plasmado de forma tal que lo que es a mí me resultó muy frío, de hecho, en general me resultó una fantasía vacía (que no masturbatoria, ni estúpida). Eso sí, veo que tu lectura tiene sentido, es lógica.

    Saludos.

    • Con toda seguridad, y pese a su medido presupuesto (impensable hace sólo dos años), se trata sin duda de un producto sobredimensionado, pues cada cual tiene sus gustos en cuanto a escapismo (y si no, ahí está la recaudación de «Torrente 4» para probarlo). «Sucker punch» posiblemente tenga un público potencial limitado (más o menos al nivel de «Kick-Ass» o «Scott Pilgrim contra el mundo»).

      En cualquier caso, cuanto menos, sirve como muestra de lo que es posible, y pone muy en evidencia todos esos presupuestos en torno o por encima de los 200 millones.

  3. Gracias a ti, Josep, por el comentario (y por el enlace).

  4. Creo que intentas analizarla de un punto de vista muy poco objetivo, ya que al ver la pelicula me di cuenta de que los personajes no son imaginacion de babydoll pues la psiquiatra dice que ayudó a escapar a una de las chavas… . Respeto en verdad tu crítica pero hubiera deseado que la «molieras a palos» con bases mas lógicas y no cosas que probablemente leiste de algún otro artículo.

  5. También afirma que provocó un incendio (lo cual, tal y como se aprecia en una secuencia, es cierto) y que acuchilló a un médico (más de lo mismo), mas esto no invalida en absoluto el que integrara estos eventos en su ficción. Explícame si no la aparición del «mentor» conduciendo el autobús.

    ¿Quieres más bases lógicas?

    La presentación de Sweet Pea se realiza mediante una transición que entremezcla la imagen de los ojos de la protagonista siendo lobotomizada y los de su proyección (según mi hipótesis), ensayando un presunto número de danza que incluye tal operación (ya en la fantasía del burdel). Lo que, por otro lado, abre la interesante posibilidad de que gran parte del metraje tenga lugar en la mente de la protagonista en los brevísimos instantes que tarda el doctor en golpear el punzón con el martillo.

    Por concluir. Afirmas que respetas mi crítica… para a continuación expresar tus deseos para con la misma (y de un modo que demuestra que no la has entendido) y de seguido acusarme de plagio. Lo cual, sin duda, debe ser tu idea de una argumentación demoledora.

    En fin… cosas veredes, Sancho.

  6. Disculpa pero no pude evitar reirme cuando lei la palabra «plagio» puesto que esa fue solo una hipotesis como tú describes la tuya. Dejame decirte que apesar de que «no entiendo» la trama o tu supuesta crítica en lo mas mínimo, sí entiendo el español o el ingles siendo en el caso de la película(que espero no te estes guiando por los muuuuy deficientes subtitulos de la película) y claramente muestran que no hay tal cosa como personalidades multiples ya que los personajes aparecen incluso en el inicio (espero puedas recordar las 2 niñas que se agarran a golpes, una con el cocinero y otra en una cama siendo tratada por la psiquiatra). No niego que sea una película extremadamente predecible pero….. INFORMATE…¿SI?

  7. No, lo siento pero lanzar una «hipótesis» difamatoria sin ningún tipo de apoyo (como, por ejemplo, citar los supuestos otros artículos que he copiado) no es hipotetizar, sino calumniar (como también lo es poner en entredicho sin fundamento mi nivel de compresión de inglés, aunque en realidad es algo que no me preocupa demasiado; primero porque no es aplicable y segundo porque soy escritor, no filólogo inglés, por lo que una insinuación de plagio me resulta mucho más inaceptable).

    Afirmo que no entiendes la crítica, porque de tus palabras se infiere que opinas que me posiciono en su contra, cuando de hecho la situación es justamente la contraria (lo cual no quita que comente sus debilidades).

    Respecto a tus argumentos, aunque las chicas se vean como internas en la escena de introducción al manicomio, ninguna de ellas muestra su personalidad o pronuncia palabra alguna fuera de los escenarios imaginarios (las escenas con el cocinero y las chicas acontecen todas dentro de la ficción del burdel). ¿En que te basas para delimitar categóricamente la separación entre fantasía y realidad, haciendo inaceptable mi interpretación?

    Y te pregunto de nuevo, ¿cómo puede aparecer el «hombre sabio» (tal y como es descrito en los títulos de crédito) conduciendo el autobús en que escapa definitivamente Sweet Pea? Incluso añado: de haberse producido realmente la muerte de tres internas, ¿cómo es que la psiquiatra no hace mención de ello al detallar los problemas causados por la protagonista, pues debieran ser sin duda las consecuencias más graves derivadas de su internamiento?

  8. Entonces te comento mi querido crítico que lamento haber entendido que era una crítica en contra. Entonces parece ser que encuentras lo «masturbatorio» muy llamativo y subrayo citandote: «se trata de una fantasía masturbatoria para adolescentes descerebrados.» ¡Perfecto! Me quito el sombrero ante la critica y pido una disculpa por haberme expresado mal ante la situación del palgio. Lo que REALMENTE quería decir es que no te bases en leer las diferentes sinopsis que puedas encontrar en internet o resumenes de la misma película para crear un ensayo de las mismas (ya que en un ensayo es muy poco probable la existencia de un plagio, sin embargo, no esta libre de ello). De cualquier forma te sugiero sigas practicando y no te enpolves mas de un año para que tus criticas realmente se muestren a favor o en contra sin rayar en lo absurdo o «surreal» que tanto nos muestra la pelicula.

    No espero respuesta y con esto cierro mi telón. Así que si pinesas escribir algo, mejor dedica tu tiempo a algo que sí vaya a ser leido por alguien,mi querido Don Quijote.

    Att: Sancho.

    «Si amas. espera ser amado. Si odias, espera ser odiado. Si criticas, espera ser criticado»

  9. ¡Acabáramos! Ya hemos llegado al meollo de tu hostilidad.

    Cita bien: «Lo más amable que se puede encontrar en una crítica-tipo es que se trata de una fantasía masturbatoria para adolescentes descerebrados.» Mera síntesis de la opinión mayoritaria en webs de crítica, tal y como puede comprobarse en Rottentomatoes. A continuación, aun defendiendo el valor masturbatorio de la cinta (algo que no implica en absoluto ninguna connotación peyorativa). Niego tajantemente la parte del «descerebramiento»… y ocupo buena parte del resto de la crítica argumentándolo (ya sabes, «argumentaciones» son todas esas construcciones lógicas que no te has molestado en rebatir).

    La crítica a una crítica también se expone a ser a su vez criticada. Si esto se lleva a cabo por ambas partes a través de argumentos, puede conducir, si no a un acuerdo, cuanto menos a un debate enriquecedor. Me temo que en ausencia de éstos, todo se limita a un «yo tengo razón y tú no»… lo cual no conduce a nada.

    En cualquier caso, te agradezco que, insinuaciones poco afortunadas aparte (tampoco considero que hubiera tras ellas intencionalidad maliciosa), hayas mantenido razonablemente bien las formas a lo largo de este intercambio.

    «Refinada soberbia es abstenerse de obrar por no exponernos a la crítica» (Miguel de Unamuno).

  10. No he visto la película y al ver los prólogos me temí que fuese otra Transformers de esas que no te dejan ganas de volver a ver. Leída tu crítica, podría mirarla después de todo, con otros ojos. Lo que más me atrae de tu crítica, sin embargo, es el apunte sobre el realismo-seriedad y la fantasía-escapismo (visto como situación peyorativa). Pienso que semejante consideración de la ltieratura en general y del cine en particular sigue siendo tan poderosa que constituye una de las razones por las que la CF y la propia fantasía aún encuentra tantos problemas para ser vistas como géneros literarios tan potencialmente serios como los realistas, y de por qué la HBO ha tenido que insistir en que su reciente adaptación de A Game of Thrones a la TV es fantasía «realista», «casi sin elementos fantásticos», «muy humana», como si la fantasía no lo fuera.
    Estupendo artículo, como siempre.

  11. Me agradó mucho la crítica y la encontre no solo muy lógica sino además muy sensible y si a alguien le pareció que era desfavorable es porque no leyó con claridad el principio, te agradezco tu defensa de la fantasía simbólica como lenguaje estéticao, en estoos tiempos en los que tanto miedo se le tiene y tanto se le ataca. lo único que me resulta absurdo es la discusión sobre si eran o no reales las chicas y sobre si los efectos de sus actos tienen o no incidencia sobre la realidad. En la película te dicen que alguna trascendencia si han tenido ya que por lo menos una, !!UNA,UNA..¡¡ ha escapado, no importa si es de las incorporadas a sus fantasías de último minuto o una perfecta desconocida. Lo que realmente rompe el paradigma de : !! Sálvese el protagónico y jodanse todos los demás ..¡¡ es que por una vez el protagónico no se siente como el llamado a salvarse sino como el que puede darle a alguien más la oportunidad de de hacerlo. Lo importante agui no es tener un ángel sino serlo para alguien más, y esto no es sólo cursilería es también un espiritu. de solidaridad que se comprende mejor en oriente que por aquí, aunque ya ni tanto…
    En fin, si la estética se avienta tanto al oriente tanto en lo plástico como en lo literario ( forma y fondo, pues…), me pregunté que le diría al guionista este hermoso samurai de la desgracia que es Baby Doll, si fuera el proganista de «Más extraño que la Ficción»… Tal vez, » Escríbalo así, tiene que ser así.. » . Y es que en oriente manejan mucho eso de que no hay cambios si no hay sacrificios, o sea, sa lvarte a ti mismo significa sacrificar una parte de tí…y posiblemente a la que siempre haz considerado la protágonica.

  12. La película me gusto mucho aunque el final es tan triste que no apetece un revisionado, si acaso solo de las secuencias de acción-fantasía. Estupenda critica.

  13. Gracias. Lo cierto es que la naturaleza episódica admite sin problemas el visionado fragmentado, por puro placer estético. Aunque se pierden entonces las conexiones que le confieren un interés adicional. Quizás el poso de tristeza del final sea un ingrediente imprescindible para poder valorar en su justa medida la fantasía precedente.

  14. Excelente critica yo llegue a las mismas conclusiones, el rabbit hole es el primer momento de la lobotomia de alli en adelante todo puede haber pasado en un plano mental, por lo que todo lo que pasa en el manicomio puede ser tan irreal como el burdel, de hecho al principio de la pelicula se sube un telon por lo que todo lo ocurrido a baby doll puede haber sido una imagen mental de sweet pea, que es la personalidad dominante, no estoy de acuerdo en que rocket sea un reflejo de la hermana, para mi las tres principales son el ego, el yo y el superyo de sweet pea que es la verdadera protagonista, en todo caso amber representaria la etapa de la niñes que vivió con su hermana por eso el motivo de conejo en el robot, que es el conejo de la hermana, y por eso al morir cae una foto de una niña, blondie representa una etapa mas inmadura que depende de la autoridad,me recuerda un poco a el retorno a Oz pero alli el rabit hole era el momento del electroshock.

    • No me acaba de convencer la identificación de la chicas con los componentes del modelo estructural psicoanálitico, pero tampoco lo descarto. En cuanto al telón que sube al principio… Sí, abre la posibilidad de que Baby Doll sea también una personalidad imaginaria; de Sweet Pea o… en fin, las fantasías evasivas, incluyendo el burdel, parecen más propias de una mente masculina. Puede ser debido a que Zack Snyder es un hombre, pero tampoco habría que descartar que Baby Doll sea la proyección transexuada de un chico (por una identificación con la hermana provocada por el sentimiento de culpa al haber causado su muerte… lo cual se apoyaría en el hecho de que Rocket, cuando está a punto de morir, le pide a Sweet Pea que viva por ella).

      Pero bueno, esto son ya elucubraciones quizás excesivas.

  15. Esta película es post-modernismo puro y duro, quizás hasta sus últimas consecuencias. Era lógico que la gente no la entendiera. Pero se convertirá en película de culto, con el tiempo.

    • De culto, quizás (casi seguro), pero de ahí a conseguir el reconocimiento de que es algo más que una sucesión de escenas molonas… Hay un prejuicio muy arraigado según el cual si presenta elementos fantásticos no puede estar contando nada demasiado profundo.

      Lo curioso es que su estructura de base es muy similar a «Origen», sólo que se toma menos en serio a sí misma y no lleva de la mano al espectador a través de cada nivel de realidad (algo, por otro lado, que la película de Nolan lograba hacer de forma magistral).

  16. Sí, estoy de acuerdo en que ambas películas abordan de manera distinta un mismo tema: el de los diferentes niveles de realidad que se solapan, sin que sepamos nunca cuál de ellos es el nivel «de base», el real. Bueno, en la de Nolan sí estaba más clara cuál era esa base, o al menos de dónde partía todo… pero en la de Snyder, yo no pondría la mano en el fuego sobre ese tema.

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