Propósitos de año nuevo

Termina un año raro, que empezó con el mazazo del cese de actividad de AJEC y NGCFicción!, con los que tenía sendos libros firmados para salir a lo largo de 2012, y termina con Cápside Editorial dando sus primeros pasitos de bebé (algo más tambaleantes de lo previsto, pero bien encaminados).

Por el camino, como única producción estríctamente del año («La ley del trueno» la escribí en verano de 2007… creo), un cuento en el último Calabazas y el artículo sobre Akasa-Puspa en la antología conmemorativa. Huelga decir que esto no puede seguir así.

Para el 2013 que está a punto de comenzar he de plantearme unos objetivos mínimos… y esta vez cumplirlos de verdad. Estoy rematando (nunca mejor dicho) el fix-up de espada y brujería que, si todo sale de acuerdo a lo previsto, podría estar a la venta a finales de abril, de la mano de Kelonia. Aparte, ya va siendo hora de volver a prestar atención a la ciencia ficción, así que de estas ediciones no pasa que vuelva a mandar textos al UPC (en principio, este año toca) y al Alberto Magno. En ambos casos son historias que llevo mucho, mucho tiempo rumiando. Ello no implica necesariamente que tengan que ser buenas, pero cuanto menos meditaditas sí que están, y debería haberme puesto las pilas con ellas hace mucho tiempo.

También me gustaría participar al menos en otro Calabazas, por eso de no renegar por completo del terror (o, más bien, del mal rollo, que de un tiempo a esta parte me atrae más), y si sobran tiempo y ganas hay otra historia de ciencia ficción dura debatiéndose por nacer desde hace más meses de lo que es adecuado en un parto sano. Sería cuestión de estudiar las opciones de buscarle hogar.

No me planteo absolutamente nada a priori con respecto a proyectos más ambiciosos. Por ahora me conformo con avances pequeños, así que dejo los esbozos de novelas como semillas preparadas por si alguna prende de una vez (hay varias opciones en diversos géneros y niveles de desarrollo, pero las probabilidades se decantan por la fantasía… siempre en caso de que alguna fructifique, que eso aún está por ver).

Con respecto a Cápside, a ver si se soluciona de una vez el tema bancario para el pago online con tarjeta y puedo poner en marcha la página web. También están pendientes las ediciones electrónicas de «La ley del trueno», «La mirada de Pegaso» e «Historia de un watson», así como un par de recopilatorios de críticas (el de ciencia ficción debería haber salido este año). En cuanto a la novedad del año, será mi traducción de «Los forajidos del aire», de George Griffith (un romance científico que bien puede pasar por steampunk). Mi idea original era editarlo sólo en formato electrónico, pero lo he estado pensando y creo que abriré una suscripción para ver de sacarlo también en papel (aún tengo que hacer números, pero con 30-4o suscriptores creo que el proyecto sería viable). También existe la posiblidad de sacar una edición en bolsillo de «El precio del barquero». Es cuestión de sondear cuál sería la recepción (si alguien quiere manifestarse al respecto…).

En Rescepto, superado en principio el bache de abril, es posible que mantenga la inclinación hacia la fantasía, aunque cambiando de tercio y apuntando hacia otros derroteros, una vez explorada la tradición feérica británica.También espero continuar con el repaso a la Saga de los Aznar (sin prisas), y es posible que algo más surja por el camino, que el blog funciona en buena medida a base de impulsos. Veremos qué le depara para el 2013 (el repaso estadístico del año saliente y la proyección para el entrante, como todos los años, en la entrada de aniversario del próximo día 11).

Muchas gracias por seguir Rescepto Indablog.

Que el 2013 sea para todos mucho mejor año que el que hoy termina, y que vuestros propósitos y esperanzas de año nuevo se cumplan con creces.

~ por Sergio en diciembre 31, 2012.