El dios asesinado en el servicio de caballeros

Tras más de una década dedicado al mundo del cómic (destacando sus trabajos en los webcomics «¡Eh, tío!» y «El vosque»), Sergio S. Morán publicó en 2016 su primera novela, «El dios asesinado en el servicio de caballeros», que constituyó también la presentación de la detective paranormal Parabellum, que cuenta hasta la fecha con otras tres novelas, un librojuego y un puñado de relatos.

El libro arranca por todo lo alto, con una Parabellum amnésica, en la cafetería de un área de servicio de una autopista, a cientos de kilómetros de su casa. Lo más desconcertante, sin embargo, es el aviso que tiene escrito en el brazo con su propia letra: «Tienes el cadáver de un dios en el maletero». Al parecer, ha conseguido en encargo de los gordos, eso o se ha metido en un lío mayor que de costumbre. Si tan solo pudiera acordarse de cuál es la opción correcta…

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El verdadero nombre de Parabellum es Verónica Guerra. Lo del seudónimo es porque en su línea de trabajo a veces es necesario mostrar cierta actitud y nunca está de más recordar a todos esos dioses, monstruos y demás portentos que viven ocultos entre nosotros que no eres una simple humana indefensa, sino que cuando menos cargas con munición suficiente para tumbar a un trol. Aunque claro, siempre es preferible encontrar caminos menos violentos, así que no está de más tener un conocimiento lo más extenso posible sobre espectros, no muertos, mitologías, hechizos y sobre cuál es el tugurio mágico donde se sirve la mejor cerveza de Barcelona.

A Verónica/Parabellum generalmente le cuesta llegar a fin de mes, no digamos ya durante la temporada baja (para su negocio) veraniega, así que nunca hay que menospreciar ningún trabajillo que pueda surgir, aunque ello suponga tratar con tipos tan poco de fiar como Antón, el vampiro prófugo que trabaja en una morgue, o… en fin, inmiscuirse en lo que podría acabar desembocando en todo un conflicto abierto entre panteones. Todo ello, además, intentando esconderle a su novio Roberto la verdadera naturaleza de su trabajo, porque hay verdades demasiado extrañas (y peligrosas) para ir divulgándolas por ahí.

Parabellum

«El dios asesinado en el servido de caballeros» es una fantasía urbana (subtipo mundo mágico oculto) de manual, solo que en vez de ambientarse en Nueva Orleans, Chicago o Londres, lo hace en la Ciudad Condal, y lo cierto es que a Verónica le revientan un poco todos esos clichés de los detectives privados cinematográficos. Nada le haría más feliz que poder resolver sus casos desde la comodidad de su despacho. Por desgracia, siempre llega un punto en que hay que implicarse de forma más personal, y Parabellum siempre está dispuesta a hacer lo que haga falta para llegar hasta el fondo de la cuestión, aunque ello implique liarse a tiros con una semidiosa rubia alada de metro noventa armada con un espadón del mismo tamaño.

Muy a menudo este tipo de historias recurren al humor para aderezar la acción (narrada en primera persona, por supuesto), y quien conozca algo de la obra de Sergio S. Morán sabrá que eso es precisamente una de sus señas de identidad, así que diría que las historias de Parabellum son un poco más cómicas que la media, aunque eso no implica que cojeen el resto de facetas de la historia. Es cierto que, al menos en esta primera aventura, el trasfondo queda quizás poco definido (básicamente, en el Parabellumverso parece tener cabida cualquier criatura imaginaria que jamás haya alumbrado, literalmente, la imaginación humana), pero el autor se molesta en ir mostrándolo en dosis manejables y, sobre todo, en no dar puntada sin hilo. Todo acabará entrelazándose, quizás abusando un poco de la casualidad, pero logrando un conjunto cohesionado y coherente.

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También es modélico el uso de los recursos de un buen guion. Cada giro bien precedido de su presentación, seguido de los sutiles recordatorios que sean precisos para que no se nos despiste algún elemento importante, llegando finalmente a una recompensa que se siente merecida. La trama detectivesca podría ser un poco más elaborada, eso sí, pero también es verdad que Parabellum es una chica de acción, y para sobrevivir en un mundo donde casi cualquiera puede espanzurrarte sin esfuerzo, a veces hace falta asumir algún que otro riesgo más o menos calculado.

Hasta aquí los ingredientes (podría añadir una muy buena caracterización de personajes) que hacen de «El dios asesinado en el servicio de caballeros» una aventura dinámica y satisfactoria. Lo que terminar de elevar el libro por encima de muchos de sus compañeros en el campo de la investigación paranormal es la dualidad Verónica/Parabellum, porque ambas personalidades no solo representan dos mundos en conflicto, sino incluso dos conjuntos contradictorios de aspiraciones, fortalezas y debilidades que están continuamente tirando de la protagonista en direcciones aparentemente irreconciliables.

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No es nada fácil hacer malabares con tantas bolas argumentales, pero Sergio logra llegar a buen puerto y ofrecer conclusiones satisfactorias (alguna que otra un poco previsible, pero es que no se puede tener todo) para todos los hilos que abre, dejando sin embargo suficientes hebras para apuntar hacia una continuación, con la promesa de que hay evolución. La Verónica del principio de la novela ya es un personaje maduro, pero eso no impide que alcance el final transformada. Hay consecuencias para lo que ocurre. Algunas positivas, otras no tanto. Lo importante es la evolución, que lleva implícita la promesa que que las ulteriores aventuras del personaje no serán más de lo mismo.

Otra opiniones:

Otras obras del mismo autor reseñadas en Rescepto:

~ por Sergio en May 22, 2024.

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