Fragmentos de burbuja

Antes de empezar con la reseña de la nueva novela de Juan Antonio Fernández Madrigal, que inaugura la colección de ciencia ficción de NGC Ficción! (y sirve, de paso, de presentación en sociedad de la editorial), tengo que realizar una confesión. Mi alegato de anteayer negando la defunción de la ciencia ficción estaba inspirado tanto por intereses y experiencias personales (ya comenté que estaba terminando de pulir mi libro del próximo octubre), como por la lectura de «Fragmentos de burbuja». Independientemente de cualquier otra consideración hay algo que queda muy claro después de leerla: la cifi española está sana como un Quercus pyrenaica.

Vaya por delante que «Fragmentos de burbuja» no es una lectura fácil. Se trata de una novela densa, no argumental, sino estilísticamente. Nos narra un episodio crucial en el futuro desarrollo humano, de aquí en 900 años, y lo hace, como el título adelanta, a través de visiones fragmentadas, cada una de ellas incompleta sin el concurso de las otras pero al mismo tiempo aisladas entre sí. No es un futuro halagüeño. Hay una contienda en curso, y los seres humanos, tras una larga historia de decadencia, son meros peones de fuerzas superiores que los modelan a su antojo.

No conviene adelantar mucho más de la trama, pues ésta debe completarla el lector a través de los fragmentos de la narración. Tan sólo añadiré que, siendo independiente, forma parte de un todo mayor, la Saga de las Víboras de las Formas, un macrorrelato del que ya ha ofrecido el autor otros episodios, de acontecimientos muy posteriores en «Umma» (Parnaso, 2004) y de los precedentes en la antología «Magnífica Víbora de las Formas» (Grupo Editorial AJEC, 2007).

En cualquier caso, tal vez revista mayor interés la forma que el fondo. La elección de voz (o voces) narrativa es arriesgada, dividiéndose la novela en cinco segmentos, cada uno de ellos con su propia idiosincrasia y forzando en muchos casos la atención del lector en una apuesta consciente, invitando a perseverar en la lectura, a pesar de su naturaleza a menudo críptica y poco condescendiente con los convencionalismos narrativos. Nos encontramos así con largos bloques carentes por completo de diálogo, monólogos internos más o menos estructurados (incluso emulando pautas de pensamiento no humano), cambios de registro con la adopción de recursos poco habituales como la segunda persona o fragmentación del discurso dentro de la estructura ya de por sí discontinua.

La apuesta viene determinada sobre todo por la perseverancia. Ninguno de estos recursos es intrínsecamente novedoso, pero el autor los utiliza a una escala muy superior de lo que suele ser habitual (y más en ciencia ficción). En muchas ocasiones, la capacidad del texto de retener la atención descansa exclusivamente en la técnica literaria y esto, de nuevo, es algo poco usual dentro del género. Resulta un desafío en toda regla, y el grado de éxito dependerá mucho de las expectativas personales de cada lector.

En mi caso concreto, reconozco que ha habido momentos (en los segmentos más reiterativos por la naturaleza concreta del narrador de turno), en que quizás se haya tensado mi capacidad de atención un poco más allá de lo que hubiera deseado. Soy un lector orientado a trama (de ideas más que de estilo), y en esas ocasiones me he encontrado deseando un poco más de hueso al que hincarle el diente. Porque el esqueleto temático existe y es rico (aborda temas como el transhumanismo, la inteligencia no humana o la identidad), pero la perspectiva es ante todo emocional. No constituye un capricho el uso mayoritario de una primera persona autoreferencial (que no narra los hechos a ningún otro, sino principalmente para sí). Cada personaje es un universo cerrado, que debemos engarzar en la historia desde fuera, pues carece de los elementos de juicio necesarios para aprehender su lugar en el esquema global (que queda parcialmente abierto, aunque proporciona suficientes respuestas para resultar satisfactorio).

Si tuviera que adscribir la novela a alguna tradición literaria, creo que me decantaría por la New Wave británica de los años 60 y 70. Presenta el mismo interés por el estilo, y temáticamente hace hincapié en el universo interior de los personajes. Sin embargo, es mucho más que una mera recreación. Los elementos propios de la ciencia ficción de este siglo son patentes: la exploración de una humanidad casi postsingularista, la hibridación de subgéneros (pinceladas hard, toques de space opera…). Es una receta particular, que hace uso de ingredientes tradicionales reunidos en propociones novedosas. Al fin y al cabo, ¿no es así como surge todo lo nuevo?

Para concluir, quisiera detenerme en la circunstancia de que se trate de la carta de presentación de una nueva editorial. En estos casos, la elección nunca reviste aleatoriedad, sino que supone una declaración de intenciones. ¿Qué puede deducirse por tanto de NGC Ficción!? Pues que no tiene previsto transitar caminos llanos y seguros. Los senderos de alta montaña son más peligrosos, pero desde ellos es posible atisbar un paisaje mucho más espectacular. En ocasiones, se ha utilizado la etiqueta «Literatura de ideas» para disculpar carencias en la primera mitad del apelativo. No parece que vaya a ser el caso de esta nueva editorial, que de buen seguro contribuirá al desarrollo de la nueva ciencia ficicón en castellano.

(Eso sí, un pequeño tironcillo de orejas en una edición por lo demás impecable: el número de páginas se nota artificialmente inflado. No hace falta recurrir a este recurso. La buena ciencia ficción, por mucho que se estilen los tochazos, no tiene el porqué servirse en platos grandes para ser bien apreciada).

Otras opiniones:

Otros libros del mismo autor reseñados en Rescepto:

(Novela recibida para su reseña por cortesía de la editorial NGC Ficción!)

~ por Sergio en May 1, 2010.

3 respuestas to “Fragmentos de burbuja”

  1. La he visto en un par de librerias de mi ciudad, así que considero que el comienzo de la editorial no ha podido ser mejor. En cuanto lo adquiera comprobaré si estoy de acuerdo con esta reseña, pero desde luego esos ecos de novela experimental me dan muy buena espina.

    Probablemente en verano empezaré a considerar mover mis modestos manuscritos por algunas editoriales, y NGF es una de las que más me atraen para ello. En cuanto abran de nuevo sus puertas para recibir originales fijo que les mando algo.

    Saludos.

  2. Gracias por hacer una reseña tan interesante y meticulosa, Sergio :)

  3. De nada. A ver si un día de estos me hago con «Magnífica Vibora de las Formas» y completo la serie (por ahora).

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