Imágenes

El título elegido para inaugurar la colección Vórtice de Parnaso fue «Imágenes» de Santiago Eximeno, un volumen que agrupaba la novela corta que da título al conjunto, así como dos relatos, «La séptima galeria» e «Islas de agua dulce», y el microrrelato «Ellos» (no podía faltar un microrrelato en una antología de Eximeno).

«Imágenes» narra el viaje hacia la locura (o algo peor) de un psiquiatra, Julio Gómez, encargado de tratar a un misterioso paciente. El escenario principal de la historia no podría ser más clásico, un pintoresco hospital psiquiátrico sito en medio de un páramo desolado, con una dotación de médicos y enfermeras a cual más bizarro. Como no podía ser de otro modo, las cosas empiezan a torcerse; demasiado pronto para mi gusto. La narración no permite que nos asentemos y no hace crecer la tensión con suavidad, sino que en seguida salta hacia las experiencias sobrenaturales (a no ser que se trate de meros delirios de Julio). Hay un par de giros que resultan quizás demasiado forzados por la misma razón, la precipitación. Sin embargo, por encima del tópico y de los fallos de ritmo, la historia se mantiene a base de pura capacidad narrativa, con descripciones muy vívidas y un buen manejo de la acción. De haber sido un poco más original (se me ocurren varios ejemplos, que no voy a exponer por no incurrir en el spoiler, de obras con un planteamiento similar), hubiera resultado una experiencia mucho más satisfactoria. Tal y como es, constituye una narración entretenida, pero no memorable, con la fuerza de las imágenes que evoca diluida en parte por la sensación de déjà vu y la trama atropellada.

Imágenes - Eximeno

Mucho más interesante es «La séptima galería», con un personaje principal, Tomás, complejo y muy bien trabajado, así como una ambientación perfecta (una mina de carbón, en el norte de España, en la época en que la actividad estaba en su apogeo). El relato nos introduce con gran acierto en este submundo de resignación, decepciones y una amenaza siempre pendiendo sobre las cabezas de quienes no tienen más remedio que bajar cada día al pozo para mantener a la familia. El giro fantástico ocurre, pero es casi secundario, aunque se mezcla de forma suave con la acción y la evolución interna del minero. Es, sin duda, el mejor texto de la antología.

Por su parte, «Islas de agua dulce» se queda un poco a mitad camino, en cuanto a resultado, entre las dos narraciones anteriores. La historia gira en torno al miedo a la enfermedad, alzheimer en este caso, que aleja al protagonista de su familia, hasta que una nueva relación parece como si fuera a permitirle el pasar página, aunque quizás no como había imaginado. De nuevo, nos encontramos con una buena ambientación y un trabajo notable de personajes. La historia se desinfla un poco por un giro final excesiva (e innecesariamente) efectista, que vuelve a introducir el elemento fantástico dentro del drama personal del protagonista.

Por último, he de confesar que si tengo un problema con la antología y es, aunque suene extraño, la excesiva uniformidad temática. Sí, son tres situaciones independientes, pero reducidas a los mimbres básicos nos narran distintas variaciones sobre un mismo esquema de base (del que no he dicho nada, porque sólo faltaba que lo fuera revelando por anticipado). Está bien que una antología presente una unidad temática, pero quizás así sea excesiva. De entre las «variantes» la mejor es sin duda «La séptima galería», mientras que las otras dos presentan pequeños problemas de estructura que no les permiten alcanzar todo su potencial. En todo caso, el estilo narrativo es más que correcto, llegando de nuevo a su máxima expresión en el segundo relato. Las historias fluyen con facilidad, demostrando además en «Imágenes» muy buena mano para la acción (aunque ésta no ocupe demasiadas páginas).

Respecto a la edición, poco puedo añadir a lo ya comentado. Sí, la portada es un tanto extraña (la elección de colores no es demasiado afortunada). Y sí, hay errores de edición (sobre todo en lo que respecta a los guiones de diálogo), pero esto es algo que ya ha sido corregido en posteriores volúmenes de Vórtice, así que tampoco vale la pena ahondar en ello.

~ por Sergio en marzo 21, 2008.

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